Cuando un niño o niña entra por primera vez  en el sistema educativo supone para él o ella un importante cambio que conlleva la salida de su entorno familiar donde ocupa un papel determinado, con una forma determinada de relacionarse y comunicarse y con un espacio que conoce bien, que le da seguridad y protección. Y todo esto da un gran giro cuando entran por primera vez en el aula de 1º de Infantil. Su mundo de relaciones sociales sale del pequeño círculo familiar (padre, madre, hermanos…) a uno más amplio con nuevos adultos (maestros y maestras, monitores/as… y nuevos amigos y amigas) y  su entorno cercano y controlado va ampliarse apareciendo un nuevo espacio, la escuela.

Los primeros días resultan duros y tensos tanto para el niño o niña como para su familia. Uno de los aspectos que más les afecta es la separación, por ello la integración a la escuela debe haberse organizado sin prisas ni agobios, paso a paso, por eso os detallamos una serie de consejos que os facilitarán la adaptación a esta nueva situación.

Consejos para una buena adaptación :

1. Es fundamental que como madres y padres estemos convencidos de que la incorporación de nuestro hijo o hija al colegio va a ser beneficiosa para él o ella porque de lo contrario notará nuestra inseguridad y esto le hará el proceso más difícil.
2. Hablaremos durante el verano del nuevo paso que vamos a dar,  se lo contaremos como un cuento, que todos los días va a ir a un gran castillo llamado Colegio Platero donde siempre habrá un rey o reina, príncipe o princesa que lo estará esperando para jugar, le diremos que se lo va a pasar muy bien y que va a conocer nuevos amigos y amigas.
3. Aprovecharemos el verano para empezar el entrenamiento de dejar los pañales.
4. Es importante asistir a la reunión de toma de contacto que organiza el centro, en ella se tratan aspectos fundamentales que debemos tener claros como la presentación del equipo docente (ya podemos darle nombre al rey o reina, príncipe o princesa), el periodo de adaptación, el modelo educativo, etc.
5. La semana anterior al comienzo de las clases hay que procurar levantar al niño o niña de la cama a la misma hora a la que se levantará durante el curso y darle el almuerzo a una hora lo más próxima posible a la del horario escolar de esta forma su ritmo no se verá tan bruscamente alterado.
6. Nos despertaremos con tiempo para que desayune tranquilamente y se dirija sin agobios al colegio. Para evitar posibles retrasos que nos pongan nerviosos o nerviosas  debemos dejar, con la ayuda de nuestro hijo o nuestra hija, todo preparado el día anterior, ropa cómoda (pantalones con cintura elástica, zapatos con cinta adhesiva, etc.), maleta, babero, etc.
7. A la hora de dejar al niño o la niña en la clase e irse recordaremos que nuestra actitud es muy importante. Es necesario no actuar con inseguridad, duda o culpabilidad.
8. Durante el período de adaptación, en la medida de nuestras posibilidades, es conveniente que intentemos llevarlo y recogerlo nosotros/as. De camino al colegio debemos ir charlando tranquilamente y contándole que se va a quedar en el castillo, que va a jugar, a trabajar, a dibujar… y cuando llegue el momento de la despedida es mejor no alargar la situación: decid adiós con seguridad y alegría. Es importante que no piense que nuestra marcha es opcional o que si protesta con fuerza impedirá la partida. Debemos evitar el chantaje afectivo de “no llores que mamá/papá se va triste”, o la mentira “no llores que mamá/papá viene ahora”. A la hora de la recogida debemos ser puntuales y aprovechar ese momento para que nos cuente todo lo que ha hecho durante la jornada escolar. Puede que en el reencuentro con nosotros o nosotras, llore o muestre indiferencia; estas son algunas manifestaciones que no deben angustiarnos, a veces los niños y las niñas también experimentan sentimientos ambivalentes, contradictorios, al mismo tiempo siente el recuentro con su familia y la separación de la educadora. Evitad al recogerle frases como “Que malos somos que te hemos dejado solito/a”. No os alarméis, solo está adaptándose a un ritmo diferente. Consultad con la tutora  o el tutor cualquier duda que tengáis.

Hasta que no se haya superado el periodo de adaptación conviene que la asistencia de nuestro hijo o hija a clase sea rutinaria, llevando a cabo los mismos preparativos la tarde anterior,  llegando a la misma hora al colegio, etc etc.